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Tras trasladarse de Alabama a las Islas Vírgenes de EE. UU., Alex Anderson se encontró con un problema. Se había pasado los últimos cinco años trabajando para una empresa de diseño de interiores y de repente se dio cuenta que en la isla no había interioristas. Después de haber trabajado en prácticamente todo, desde planificar la iluminación hasta diseñar muebles, tenía que tomar una decisión.
«¡Empecé a dibujar gafas de sol!», comenta entre risas. «Al principio, lo hacía a mano, pero luego empecé a crearlas en AutoCAD por la opción de la vista 3D. Me gustaba poder darles la vuelta para verlas desde todos los ángulos. Aprendí por ensayo y error y empecé a practicar. Ahora todo lo dibujo ahí».
Y así es como Maho Shades vio la luz.
Bueno, realmente no fue tan sencillo. Alex y su marido Kris también habían perdido dos pares de gafas de sol caras mientras hacían surf de remo en la bahía de Maho en St. John. Descontentos con el alto coste que suponía cambiarlas, se pasaron un año desarrollando un plan de negocio, diseñando y creando el prototipo de sus gafas de sol modernas y asequibles. Puede que lo que les inspirara realmente fuera aquel día en la playa, pero gracias a AutoCAD pudieron enviar sus diseños prácticos y ajustables al fabricante de China.
El día que hablamos con Alex, se dirigía a Mobile para participar en una convocatoria de ayudas al desarrollo en el estado de Alabama, al que ella y su marido han regresado con la empresa de gafas de sol a cuestas.
«Queremos trasladar la producción de China a Alabama», explica. «Aquí controlaríamos nuestra propia producción y dispondríamos de un laboratorio lleno de impresoras 3D. Muchos clientes desearían personalizar sus gafas de sol, ya que las monturas normales a menudo son demasiado anchas o estrechas. Yo podría diseñar las monturas en CAD y luego las sacaríamos por la impresora para que esos clientes pudieran tener unas gafas completamente exclusivas y personalizadas que encajasen a la perfección con su cara».