Keyboard ALT + g to toggle grid overlay
Irlanda está llena de tesoros arquitectónicos, desde majestuosos castillos y hermosos edificios georgianos hasta innovadoras y modernas torres de oficinas. Claramente, los irlandeses saben construir. Sin embargo, en una cultura con unas tradiciones de construcción tan arraigadas, ¿pueden aprender las constructoras actuales nuevas formas de trabajar?
BAM Ireland es la prueba viviente de que sí. Se fundó en 1958 como Ascon Contractors y cambió su nombre por el de BAM Contractors en 2008. La firma nació de una empresa conjunta entre neerlandeses e irlandeses que construyó el puente de Wexford en Irlanda, y hoy es la mayor contratista de obras públicas e ingeniería civil del país. BAM Ireland ha demostrado su capacidad de evolucionar para atender a nuevos clientes, sectores y tipos de proyecto con nuevas tecnologías.
"En los seis últimos años, nos hemos centrado en gran medida en la construcción y hemos acelerado mucho nuestro uso de la tecnología", dice Michael Murphy, director de operaciones de construcción digital. "Todos queremos hacer mejor las cosas, hacer mejores cosas y hacer cosas nuevas ya. Ese es nuestro mantra".
BAM Ireland comenzó a adoptar tecnología en serio en 2013. "Irlanda empezaba a salir de un momento muy duro entonces", recuerda Murphy. "Estábamos saliendo de una gran recesión, y los márgenes de los proyectos eran muy pequeños; era difícil conseguir trabajos. Además, asumíamos muchos riesgos en los proyectos, por lo que la organización buscaba activamente mejores formas de trabajar y formas más inteligentes de entregar los edificios".
En la tecnología, la empresa no solo vio ventajas a corto plazo, sino también posibilidades a largo plazo. "Una cosa que realmente nos diferencia en nuestro campo es que estamos muy al tanto del ciclo de vida", explica Murphy. "BAM establece con frecuencia alianzas público-privadas (APP), en las que también administramos los activos durante hasta 25 años". Esto supone asumir las responsabilidades de explotación y mantenimiento después de construir los bienes públicos. "Por eso tenemos un gran interés en utilizar nueva tecnología para añadir valor a nuestros proyectos. Eso nos convierte en un verdadero centro de innovación".
Los objetivos de reducir al mínimo los riesgos de los proyectos y optimizar la construcción guiaron a BAM Ireland en su viaje digital. "Eliminar los riesgos de los proyectos mediante la creación de gemelos digitales, en los que podemos realizar ensayos generales de los edificios para simular todos sus comportamientos posibles y ver cómo será construirlos en un lugar determinado, es muy útil", afirma Murphy.
Sin embargo, la simulación de la construcción óptima no era suficiente. BAM también tenía que supervisar la construcción real, y hacerlo en todos sus proyectos activos. Con sus flujos de trabajo, en los que los equipos recopilaban los datos de los edificios en papel y los almacenaban en los lugares de trabajo en montones de archivos y carpetas, eso era imposible.
"Necesitábamos una forma de consultar todos los proyectos y ver cuáles eran los puntos débiles", explica Simon Tritschler, especialista en desarrollo técnico, que compara los flujos de trabajo manuales de la empresa con un viejo cobertizo desorganizado. "Es como si todo el mundo se limitara a meter cosas en el cobertizo durante años y años y años; cuando abres la puerta, se te cae todo encima".
En su búsqueda de flujos de trabajo digitales, BAM Ireland adoptó BIM 360 (inglés), y las "faenas domésticas" digitales fueron el primer paso del proceso. "Limpiamos el cobertizo y colocamos las cosas en su sitio", dice Tritschler, cuyo equipo detectó varias señales de alerta al importar proyectos en BIM 360, incluidos proyectos con direcciones fuera del país y documentación que necesitaba actualización y atención.
Gracias al uso del módulo Insight en BIM 360 para acceder a paneles e informes de datos, la empresa descubrió el problema: no eran los proyectos internacionales ni la documentación los que necesitaban atención, sino los jefes de proyecto enemigos de lo digital, que no recopilaban los datos de forma estructurada. "Nos dimos cuenta de que, aunque teníamos un proceso digital, no se había adoptado de una forma demasiado eficiente", explica Tritschler, que añade que la empresa utilizó esta nueva visibilidad para impulsar la digitalización al hacer responsables de ella a los jefes de proyecto.
Ahora, cuando procede, la empresa integra datos capturados en BIM 360 con modelos de Revit y Navisworks: "Es para actualizar el estado de la construcción en el modelo e integrar metadatos de activos entre el modelo y el mundo real", expone Tritschler. "Transferir datos así es facilísimo".
Para acceder al siguiente nivel de la información sobre proyectos, BAM Ireland optó por Construction IQ, que aplica algoritmos de aprendizaje automático a los datos de construcción en BIM 360 para identificar automáticamente los riesgos de seguridad y calidad.
Funciona de la siguiente manera: los jefes de obra usan el iPhone y el iPad para revisar listas de comprobación y capturar los problemas del lugar de trabajo en BIM 360. Construction IQ aplica modelos de aprendizaje automático para analizar automáticamente esos datos y prever qué problemas representan un riesgo mayor. Los problemas prioritarios se destacan en el panel de Insight mediante alertas visuales fáciles de comprender.
Por ejemplo, uno de los proyectos de BAM tenía varios problemas abiertos, como suele suceder con los proyectos en curso. Una serie de problemas, identificados durante inspecciones de calidad, eran observaciones sobre juntas de ventana sin sellador impermeabilizante. Construction IQ clasificó correctamente estas observaciones como riesgo de penetración de agua y las destacó como riesgos importantes. "Lo mejor de este sistema es que busca en todos los proyectos", apunta Tritschler. "Nos permite distinguir lo que es un riesgo de lo que no. Los más importantes ocupan los primeros puestos de la lista y requieren acción inmediata, y los menos importantes pasan al final de la lista".
Para acceder al siguiente nivel de la información sobre proyectos, BAM Ireland optó por Construction IQ, que aplica algoritmos de aprendizaje automático a los datos de construcción en BIM 360 para identificar automáticamente los riesgos de seguridad y calidad.
Funciona de la siguiente manera: los jefes de obra usan el iPhone y el iPad para revisar listas de comprobación y capturar los problemas del lugar de trabajo en BIM 360. Construction IQ aplica modelos de aprendizaje automático para analizar automáticamente esos datos y prever qué problemas representan un riesgo mayor. Los problemas prioritarios se destacan en el panel de Insight mediante alertas visuales fáciles de comprender.
Por ejemplo, uno de los proyectos de BAM tenía varios problemas abiertos, como suele suceder con los proyectos en curso. Una serie de problemas, identificados durante inspecciones de calidad, eran observaciones sobre juntas de ventana sin sellador impermeabilizante. Construction IQ clasificó correctamente estas observaciones como riesgo de penetración de agua y las destacó como riesgos importantes. "Lo mejor de este sistema es que busca en todos los proyectos", apunta Tritschler. "Nos permite distinguir lo que es un riesgo de lo que no. Los más importantes ocupan los primeros puestos de la lista y requieren acción inmediata, y los menos importantes pasan al final de la lista".
El viaje digital de BAM Ireland incluye numerosos proyectos clave, y cada uno se ha basado en el anterior para crear una cadena evolutiva de progreso gradual.
El primer proyecto, la APP Schools Bundle 4, se completó en 2016 e incluyó el diseño, la construcción y la explotación continua de cuatro centros de enseñanza secundaria en Irlanda. En el siguiente proyecto, la APP Courts Bundle, BAM Ireland completó la restauración, la ampliación y la nueva construcción de siete Palacios de Justicia de condado en 2018 y administrará de forma continua las instalaciones. Entre los proyectos actuales están la residencia universitaria de Brewery Quarter en Cork, que finalizará en agosto de 2019, y Bolands Quay en Dublín, un importante proyecto de remodelación de los muelles que incluye un nuevo campus tecnológico y restauración de los edificios históricos, que debe completarse a finales de 2019. En cada proyecto, más personas digitalizan información y activos cada vez más profundos en el entorno BIM 360, lo que culmina en la implementación de Insight y Construction IQ.
"Nos hemos estado formando en procesos digitales", cuenta Tritschler, que afirma que el conocimiento tribal es esencial para la gestión del cambio. "Los equipos que trabajaban en los centros de enseñanza pasaban a los Palacios de Justicia, y esas mismas personas también se asignaban a Brewery Quarter. Es un enfoque muy ágil, y maduramos con cada paso".
Aunque la transformación tecnológica de BAM Ireland no ha hecho más que comenzar, ya se observan los beneficios tangibles de los flujos de trabajo digitales y el uso de Construction IQ. "El número de problemas abiertos ha disminuido mucho", afirma Tritschler. "Lo que antes pasaba desapercibido en el sistema de papel puede vigilarse ahora y podemos resolverlo: por eso se cierran los problemas". La seguridad y la calidad in situ de la empresa han mejorado un 20%, y el personal dedica un 25% más de tiempo a solucionar problemas de alto riesgo: esto es posible gracias a que se toman mejores decisiones debido a la mayor visibilidad de los problemas y los riesgos. "Para nosotros, la salud y la seguridad son la clave", añade Murphy. "Conseguir que nuestros responsables de salud y seguridad dediquen más tiempo a mejorar continuamente la seguridad de campo es muy importante para BAM".
El proyecto Brewery Quarter de BAM es un hito para la empresa porque es digital al 95%, lo que no solo lo hace más eficiente, sino también más sostenible. "Entramos en el departamento de salud y seguridad de esa obra y, en lugar de tener una habitación llena de estantes repletos de papel, ahora solo hay un par de carpetas: solo archivamos lo que la ley obliga a conservar en papel", comenta Tritschler. "Todo lo demás es digital".
Las ventajas que ha obtenido BAM de los flujos de trabajo digitales aumentarán en futuros proyectos, a medida que Construction IQ continúe analizando los datos de la empresa. Tritschler prevé que cuanta más información procesen sus algoritmos de aprendizaje automático, más sofisticados se volverán estos, lo que, en último término, permitirá a la empresa obtener más datos y tomar decisiones aún mejores.
Finalmente, los datos y las decisiones podrán abarcar todo el ciclo de vida del proyecto (aplicar la IA y el aprendizaje automático a los datos de mantenimiento, por ejemplo, puede ayudar a BAM Ireland a diseñar edificios con la administración a largo plazo de las instalaciones en mente) o, quizá, toda la empresa Royal BAM Group.
"En última instancia, queremos utilizar esto para estandarizar los procesos de BAM Group, de modo que tanto en Irlanda como en Inglaterra, Dubái o la Antártida se apliquen los mismos procesos, y queremos supervisar la eficiencia de estos procesos", explica Tritschler. "Vamos a usar el aprendizaje automático como medio para comprender qué hacemos, cómo lo hacemos y cómo podemos hacerlo mejor. Ese es el sueño".